martes, 21 de junio de 2011

Ignorancia

Hace algunos días decidí que no me dejaría afectar por lo que mi madre dijera acerca de aquellos que son como yo. Ella abarca una abultadísima ingnorancia supina acerca de ese tema, y a los que hablan sin conocimiento de causa, ni caso. Y sin embargo no puedo dejar de sentirme mal, porque no hay nada peor que tener al adversario en casa. ¿Cómo te levantas por la mañana sabiendo que compartes trinchera con el enemigo? ¿Cómo te sientes teniendo que asentir y dar la razón a las barbaridades que una madre te está diciendo? "Eso no es más que un problema. Viven en ghettos. Te expones a que te señalen con el dedo. Muchas personas van a tratamientos para intentar cambiarlo." No sabes cómo vivir con una persona que te dice que si no hubiera personas normales, el mundo no hubiera podido avanzar. Y yo asintiendo.

Intento que no me afecte. Yo soy como soy, sin dudas. Tampoco tengo dudas sobre si es algo de lo que avergonzarse, porque desde luego, no lo es. ME RÍO del mundo si me miran por la calle, pero no puedo decir lo mismo si en mi propia casa tratan el tema como si fuera una enfermedad. Estoy harta de tener que callarme y hacer como si no fuera conmigo, porque me toca la moral. Me cansa fingir ser algo que no soy, y saber que mi única alternativa es marcharme a otra ciudad y vivir mi vida lejos no sólo de mis padres, sino de toda mi familia. Saber que si me quedo y me descubro, a mi madre casi tendrían que ingresarla, con una sobredosis de rechazo hacia su propia hija.

Si entendieran o sintieran por empatía menos de la mitad de lo que yo siento, las cosas serían muy diferentes. Porque todo esto es obra de la ignorancia. 




Sam

1 comentario:

  1. La ignorancia es de lo peor; y más cuando se refiere a las personas, porque causa dolor sobre lo que se ignora. Creo que debieras hacer un poco más sabios, quitándoles esa ignorancia.

    Un saludo de Samuel.

    ResponderEliminar